Finalizadas las fiestas navideñas, es hora de comenzar el año nuevo con salud y buenos hábitos alimentarios.
Las costumbres alimentarias en estas fechas han dejado huella en nuestro organismo, incrementando el aporte de toxinas y grasas en el cuerpo que convienen ir eliminando gradualmente…
Síntomas
Algunos síntomas físicos muy frecuentes en estas fechas son la hinchazón abdominal y de ojos, nariz taponada, boca pastosa, mal aliento, vista nublada, dolor de cabeza, indigestiones, gases, pesadez estomacal, acidez, estreñimiento, diarrea además de una posible subida de peso…
Pero en estas fechas en las que se viven ciertos “removeres” emocionales, no solo existen síntomas físicos sino también mentales como emocionales, tales como tener la mente confusa, memoria defectuosa, indecisión, insomnio, cansancio, depresión, ansiedad, mal humor, falta de ánimo, etc…
Causas
Una de las causas más probables es dada por los excesos alimentarios, es decir, las cantidades. Pero no solo eso, sino también por el tipo de alimentos, entre ellos los que más intoxican son: el alcohol, café, tabaco, sal, azúcar blanco, dulces y refinados, grasas, carnes rojas, embutidos, quesos añejos, harinas y la leche de vaca.
De hecho, todo aquello que bloquee nuestras vías naturales de eliminación, que excedan nuestra capacidad individual de digerir-metabolizar-absorber, que nos roban minerales además de acidificar el medio son fuentes de toxicidad para nosotros.
Además, si el hígado es deficiente en su trabajo y los riñones no eliminan bien, las toxinas se acumulan en los líquidos internos. Contamos también con otros órganos de eliminación tales como los pulmones, la piel e intestinos. Es importante estar atentos a los síntomas de alarma que cada uno de estos órganos expresa como indicativo de una posible intoxicación para evitar la sobre acumulación y actuar cuanto antes…
Formas de favorecer las eliminaciones
1- No comer en exceso y escoger alimentos que no dejen residuos tales como las verduras, frutas, algas y cereales integrales.
2- Evitar el exceso de sal y eliminar leche, café, tabaco, azúcar y refinados. También salsas industriales y fritos.
3- Masticar y relajarse mientras se come.
4- Beber agua e infusiones a lo largo del día.
5- Hacer ejercicio físico para movilizar los tóxicos acumulados. Sudar y estirar.
6- Hacer algún tipo de ayuno o dieta depurativa.
7- Aprender a respirar antes, durante y después de la comida.
Alimentos estrella:
Los cereales integrales y preferentemente biológicos como el arroz, la pasta, el mijo, la quinoa, el trigo sarraceno, la avena y el pan hecho con levadura madre.
Las legumbres como lentejas, alubias, garbanzos, azukis a tomar de vez en cuando como buena fuente de hidrato de carbono, preferiblemente en las comidas.
Las verduras tanto en comidas como en cenas, representarán la mitad del plato del mediodía y de la noche. Serán de raíz como la zanahoria, nabo, rabanito, rábano negro, calabaza, cebolla, puerro, ajo… y también las coles, brócoli, berza, acelgas, espinacas, alcachofas, lechuga…
Las frutas se tomarán fuera de las comidas salvo manzana, piña, papaya y pera como excepción como postre, crudas o en compota, al horno. Siempre dependiendo de la persona y de su sistema digestivo al igual que su constitución...
Proteínas como el pescado, ave, conejo, tofu y seitán son reconstituyentes, y a tomar con menor frecuencia los huevos, ternera y el jamón de bellota ibérico.
Las algas como excelente fuente de minerales al igual que el nabo daikon para facilitar la eliminación de las grasas.
Los aceites vegetales de preferencia de presión en frío, y pequeñas cantidades de semillas oleaginosas.
La toma de infusiones depurativas será de carácter hepático o renal, según la persona.
Las proporciones de los alimentos varían según el estado de la persona y su constitución.
Complementos
Chlorella o espirulina Agentes lipotrópicos Azufre
Multivitamínico Fibra soluble e insoluble Selenio
Vitaminas del grupo B Cardo mariano Sello de oro
Enzimas digestivas Probióticos
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